El desaparecido Convento de la Santísima Trinidad

Del conjunto del convento no se conserva dibujo alguno, pero gracias a la documentación recopilada por María Antonia Fernández del Hoyo ha sido posible hacer esta reconstrucción bastante aproximada. Calculando la perspectiva desde la Plaza de Santa Ana y fiándonos del plano de Ventura Seco, podríamos tener esta vista del convento de los trinitarios si se hubiera conservado. Desde este punto no tendríamos mucho ángulo para ver la famosa espadaña de la iglesia, pero sí las torres del llamado “aposento nuevo”. Montaje digital de Juan Carlos Urueña Paredes

El convento de la Santísima Trinidad se alzaba en la actual calle de María de Molina y era tan enorme que desde su portería, que salía a la plaza de Santa Ana, se prolongaba hasta la actual calle de los Doctrinos. Fue sin duda uno de los más grandiosos de Valladolid, comparable en empaque y extensión a los de San Benito o San Pablo.

La calle en la actualidad

Los trinitarios calzados tuvieron muy antigua fundación, debida según algunos a los reyes de Castilla sobre finales del siglo XIII. A finales del XV, la familia Zúñiga se hizo con su patronato que dotó con generosidad.

El convento según el plano de Bentura Seco de 1738. Remarcada, la situación de la portería

La iglesia del monasterio era similar en tamaño y estilo a la de San Benito y contenía como ésta un gran retablo mayor renacentista; que si el de la primera fue obra de Alonso Berruguete, éste del templo trinitario fue obra de su hijo Inocencio. Contuvo también ricas obras de arte y suntuosos sepulcros de sus patronos y protectores.

Montaje digital de Juan Carlos Urueña Paredes

Todo fue pasto de las llamas durante la guerra de la Independencia y los franceses terminaron de arrasar la mayor parte de lo que el fuego respetó. Quizá es la pérdida más lamentable del enorme patrimonio destruido en nuestra ciudad.

Aposento nuevo

Fue célebre el espectáculo de la voladura de la espadaña de la iglesia por los franceses, torre admirada por todos los que llegaron a conocerla, según el diarista Francisco Gallardo, el 13 de febrero de 1811, casi a la vez que se demolía la portería de San Francisco:

“Se derribó la torre espadaña de la iglesia que fue de trinitarios calzados. Era obra de mucho mérito por su bella arquitectura y firme construcción. Para derribarla se la dieron barrenos de fuego, y aún costó dificultad, y cuando cayó, fue entera sin desunirse piedra alguna.”

Cualquier vestigio del convento, morada del insigne Simón de Rojas, desapareció incluso de la memoria histórica de la gente.

Reconstrucción de la fachada de la portería de la Trinidad Calzada,
según el único dibujo que se conserva obra de Ventura Pérez

Pocos saben que en el terreno que hoy ocupa la calle Veinte de Febrero existió una de las iglesias más soberbias que hubo en la ciudad, y que el cine “Roxy” y el teatro “Lope de Vega” ocupan parte del solar de aquel monasterio.

-Fuente del texto y las fotografías: Rincones con Fantasma (Juan Carlos Urueña Paredes). ISBN: 84-95389-97-5

Comentarios