El antiguo Monasterio de Santa Ana (Actual Hotel AC)

La fachada antes de su restauración

A tres kilómetros al oeste de Valladolid, junto a la ribera derecha del Pisuerga, en bello paraje, se levantaban los restos del monasterio de Santa Ana de la Flecha. Por separado se hallaban lo que era la iglesia y la parte conventual. De la primera no hay sino la portada, constituida por un arco de medio punto, de piedra, con escudo episcopal en la clave y una inscripción encima que reza:

“Don Pedro Perez Peron fundó esta iglesia año de 1150 Don Niculas Valdes de Carriazo su descendiente y único patrón della siendo Obispo de Guadix la rredifico año de 1613”

Con ello se aclara a quién corresponde el escudo de la portada. Es cuartelado y asoma bajo él la cruz de Santiago.
El edificio del convento respondo a palta cuadrada. Es de ladrillo, salvo la portada –adintelada- que está labrada con piedra. Sobre el balcón central se ve un escudo episcopal, y en él la fecha de 1781. Se corona con espadaña, de formas planas. Entrando en el zaguán, a mano derecha, estaba el oratorio. El patio es de amplias proporciones. El cuerpo bajo presenta arquería de medio punto, con bello despiezo de ladrillo, montada sobre pilares de piedra. El piso superior presenta ventanaje. En el centro del patio puede verse un hermoso brocal de pozo, con su armadura de piedra constituída por dos columnas toscanas soportando dintel, de donde pendía la soga para estraer el agua. Admira esta arquería popular, con sabor de granja agrícola.

Fachada del Priorato de San Pedro situada frente al monasterio

LOS BIENES ARTÍSTICOS, EL PRADO DISPERSO
Aludir también a la existencia de otros bienes que pertenecieron al Monasterio del Prado y que desde su origen estuvieron diseminados, constituyendo por sí mismo núcleos aislados de interés formal que estimamos conveniente tener en cuenta en esta ocasión. Nos referimos al Priorato jerónimo de la Flecha y a la casa que poseía el monasterio en la calle Sámano, en el barrio de San Martín, para vivienda y archivo de quien regentaba una escribanía de cámara de la comunidad, en la Real Chancillería de Valladolid.

Patio del monasterio en abandono antes de su restauración

El que fuera priorato de la Flecha, situado en la carretera de Salamanca (pk 128), a tan solo 2 Km del propio Monasterio del Prado, tiene su origen en la compra hecha por el Monasterio del Prado, en 1457, de la propiedad que en este lugar poseía D. Gonzalo de Guzmán, señor de Tordegalindo. Consistía ésta en cuatro ruedas de aceñas con sus casas, sotos, pesquera, arboledas, rio, fuentes, riberas, viñas y tierras, por todo lo cual pagó 220.00 maravedies.

Patio del monasterio despues de su restauración y conversión en hotel

En 1546, siendo prior Fray Juan de Alzolares, la comunidad jerónima ratificó sus derechos sobre los pastos del término de Arroyo en donde “el citado monasterio tenía casas pobladas y otras fincas de tiempo inmemorial”. Así mismo aquel año los frailes labraron una casa dotada de granero y oficinas y al año siguiente “se comenzó la recreación de dormir los frailes en esta casa, porque antes no se dormía en ella”. Subsistió este edificio hasta el priorato de Fray Antonio de Córdoba quien en 1667 se concertó en nombre de toda la comunidad, con el maestro de la obra Juan Tejedor Lozano para que hiciese la casa “la granja que llaman la flecha”. En ella también trabajaron el carpintero. Felipe Guerrero y el albañil Francisco Monje, que se encargó de levantar “la mitad de la casa de recreación que se llama La Granja y Flecha que el monasterio ha resuelto fabricar de nuevo”.

Patio del monasterio antes de su restauración

La necesidad de la fabricación de papel para abastecer a su importante imprenta, en la que editaban como es sabido la bula de Santa Cruzada, obligó a los frailes a construir y mantener diversos molinos, uno de los cuales –el más valioso-, aprovechando la corriente del río Pisuerga, lo instalaron en La Flecha. Este último había pertenecido originalmente al mayorazgo fundado por Don Iñigo López de Mendoza y Doña María de Bazán y al iniciarse e siglo XVII se hallaba arruinado, ciucunstancia que aprovecharon los jerónimos para adquirirlo en 1706, junto con otras propiedades.


Allí se hicieron obras de importancia en 1745 en las que intervino como sobremaestre Fray Manuel de la Purificación. En 1751, cuando se elaboró el Catastro del Marqués de la Ensenada, se afirmaba que además del molino de papel, los frailes poseían en la Flecha “una aceña o molino harinero con cuatro ruedas…y que inmediata a dicha aceña hay un canal de pesca”.
Este fue uno de los motivos por los que la comunidad necesitó disponer de una vivienda suficientemente capaz para albergar a los frailes encargados de la administración y manipulación del citado molino y de las propiedades agrícolas que disfrutaban en el término de Arroyo, además de utilizar el priorato “para hospedar a los monjes en los días de recreo”.

Actual fachada del hotel AC Palacio del Santa Ana

Probablemente el edificio que, a punto de arruinarse en su totalidad, ha llegado hasta nuestros días se levantó como respuesta a la reclamación que el marqués de Camarena la Real interpuso al monasterio en 1776 sobre la posesión de determinados terrenos en el lugar del Arroyo. Sería entonces cuando se sustituiría la construcción anterior por otra, parte levantada en 1781, según reza en el escudo del Monasterio de Santa Ana que campea sobre la fachada. La nueva acusa la sencillez propia de una residencia campestre, construida con ladrillo, salvo su portada adintelada que fue labrada en piedra, y de no ser por la presencia de una espadaña podría pensarse que se trata de una casa de labranza.
Su edificio responde a una planta cuadrada, articulada en torno a un patio central –a manera de claustro- de amplias proporciones, cuyo cuerpo bajo posee arquerías de medio punto montadas sobre pilares de piedra y el piso bajo presenta ventanaje. En el centro del patio se conserva un hermoso brocal de pozo con su armadura de piedra organizada por dos columnas que soportan dintel rematado por pirámides, de trazado muy clásico. Las funciones de granja, huerta y vergel se completaban con otros edificios destinados a cuadras, palomar, panera, corrales, etc.
Sobre la titularidad de la capilla que poseía este priorato existen dudas, pues si bien Madoz en 1847 habla de la granja de San Pedro de la Flecha, en cambio Ortega y Rubio la denomina Santa Ana de la Flecha. Puede ser que ambos autores tuvieran razón pues situada, a muy pocos metros, sus paredes y encima de cuyo arco de piedra de sillería, estaba tallada la siguiente “Don Pedro Perez Peron fundó esta iglesia año de 1150 Don Niculas Valdes de Carriazo su descendiente y único patrón della siendo Obispo de Guadix la rredifico año de 1613”

Sobre el balcón central se ve un escudo episcopal, y en él la fecha de 1781

Como no se sabía la advocación a la que había estado dedicada la ermita se planteaba también la posibilidad de que hubiese sido cualquiera de los dos santos citados. Sin embargo gracias a que el erudito D. Rafael Floranes copió, en 1782, otra inscripción existente en una capilla de la antigua Colegiata vallisoletana, desmantelada en el siglo XVIII para “idear allí paneras y otras oficinas”, enfrente del atrio de la Iglesia de la Antigua, se puede solucionar esta duda. La citada inscripción afirmaba de manera concluyente que “D. Nicolás Valdés de Carriazo, caballero de Santiago, capellán de Felipe II y III, prior del convento de San Marcos y provincia de León, descendiente del fundador de esta capilla y señor y patrón de ella y de la iglesia de San Pedro de la Flecha extramuros de esta ciudad, la reparó en este año de 1609”.
El conjunto de La Flecha constituyó en el pasado un excelente ejemplo de asociación entre una explotación agrícola y otra de carácter industrial, inscritas ambas en un marco paisajístico donde el agua y la vegetación alcanzaban una síntesis de belleza poco común actualmente en las inmediaciones del casco urbano”.

En la actualidad y tras ser restaurado, el que fuese monasterio de Santa Ana alberga el Hotel de cinco estrellas AC, Palacio de Santa Ana. A pesar de que la mayor parte del inmueble se encuentra ubicado dentro del término municipal del Ayuntamiento de Valladolid, la puerta principal de acceso al hotel está dentro del término de Arroyo de la Encomienda, por lo que oficialmente el edificio pertenece a dicho Ayuntamiento.

Comentarios

Pedro de Mingo ha dicho que…
Qué gran trabajo de restauración, magníficas las fotografías que muestran el antes y el después para apreciar las diferencias. Ojalá todos los edificios históricos de nustro país estuvieran restaurados de esta manera, independientemente del uso que se les de posteriormente, aunque la mayoría se conviertan en hoteles. De otra manera estos edificios hubieran acabado perdiéndose para siempre, como les ha pasado a muchos.
Unknown ha dicho que…
Me encantan los edificios históricos. SIempre pienso que me encantaría que los departamentos en Argentina se construyeran siguiendo un estilo histórico... al estilo San Francisco, por ejemplo. En fin.... creo que es demasiado tarde como para que mi deseo se cumpliera. Me queda recorrer lugares turísticos...