La Iglesia de San Lorenzo


De la antigua Iglesia gótica que construyó en el siglo XVI el Conde Pedro Niño, hoy solo queda en pie la torre de la capilla mayor, decorada con bolas, pináculos y gárgolas.



Actualmente solo se conserva la portada y la torre del templo original, el resto de la fachada es el edificio levantado sobre el antiguo templo.


La portada, de gran belleza neoclásica, obra de Diego de Praves en el s.XVII, se reinstaló en el nuevo edificio. Posee entrada con arco de medio punto encuadrado por dobles columnas laterales unidas por un friso superior rematado con adornos de bolas. Sobre el friso un ático con hornacina rematado con frontón y más decoración de bolas.

Esto fue todo lo que quedó de la antigua estructura

Torre en sillería de respetable altura, planta cuadrada rematada en su parte superior por un campanario.

El templo original constaba de tres naves y todo su patrimonio artístico hoy, se alberga en el contiguo convento de Sta Ana.
Fue construida sobre la antigua ermita de San Lorenzo, donde a finales del siglo XIV fue llevada la talla de la Virgen de los Aguadores, y que posteriormente se la llamó Virgen de San Lorenzo. Con el tiempo llegó a ser la patrona de la ciudad.



Comentarios

Rubén ha dicho que…
REconozco que éste edificio me llamó mucho la atención la primera vez que lo ví. ¿Por qué se derribo la iglesia? ¿Estaba en ruinas? ¿Había sido desamortizada? ¿O fue una simple víctima de la especulación inmobiliaria?
Anónimo ha dicho que…
Más que la especulación, lo que sucedió es que el entonces párroco de San Lorenzo quería a toda costa iglesia nueva, por envidia ante los nuevos templos posconcicilares que se estaban levantando en los barrios de Valladolid. Así, como el edificio histórico de San Lorenzo no estaba bien conservado y además sufrió un pequeño derrumbe del muro de una nave lateral en 1967, se aprovechó, se declaró la ruina y se demolió todo salvo la portada y torre. Los gastos para levantar el nuevo edificio se sufragaron con la venta de las viviendas y creo que además hubo problemas de presupuesto, pues luego las obras estuvieron paradas. Total, que la cabezonería de un párroco en una época de desarrollismo en la que casi se equiparaba lo bueno con lo nuevo tuvo la culpa de que perdiéramos San Lorenzo.

la especulación ha tenido la culpa de bastantes problemas urbanos en nuestra ciudad, pero también el silencio cómplice de la ciudadanía, que deseaba una ciudad más moderna conforme al modo de vida americano que veía en las películas. Todavía he visto gente comentar ante la rehabilitación de un palacio renacentista que por qué no lo tiraban todo...
La incultura de una época que hizo de Valladolid una ciudad irreconocible en su pasado, en sus raíces, en sus antecesores, por casos como este.
Todos aquellos especuladores insensibles dejaron a esta ciudad huérfana, indiferente en muchas de sus calles, de sus casas, de su tejido urbano, cosido por generaciones y generaciones a las que no respetaron ni les dieron palabra antes de su decapitación, una ciudad sucumbida ante la mera codicia desarrollista y putera de aquellos años en la que unos cuantos millones de pesetas a base de ladrillos y ladrillos valían más que siglos de historia.
A pesar de esta visión pesimista, tal vez decadente, queda camino por hacer, y queramos o no tenemos que partir desde lo que tenemos hoy. Saber cuidarlo, saber dinamizarlo, saber darle vida, utilidad y sobre todo cariño.
Gracias por el artículo.